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miércoles, 5 de septiembre de 2007

¿PUEDE LA LITERATURA DESBORDAR EL CONTEXTO SOCIAL EN EL QUE SE DESARROLLA LA TRAMA?


¿PUEDE LA LITERATURA DESBORDAR EL CONTEXTO SOCIAL EN EL QUE SE DESARROLLA LA TRAMA?

Quién tenga alguna afición por la literatura y con cierta regularidad se despacha un buen libro, sabe que la ficción esta construida sobre tres aspectos: el espacial (el lugar o lugares donde el autor recrea su imaginación), el temporal (los tiempos en que se desarrolla la historia) y el nivel de realidad (que puede ser, como alguna vez los denominó Vargas Llosa, el mundo "real" y el mundo "fantástico").
No tenemos la intención de desarrollar en este breve espacio teorías o técnicas de la redacción literaria, que muy bien y mucho mas ampliamente podrían encontrarlo en cualquier libro de la materia, tan solo hacer una referencia del nivel de realidad que puede observarse en algunas obras literarias a partir de nuestra experiencia como lector, de un mordido por la literatura.
Así entonces, citando nuevamente a Mario Vargas Llosa, quién para mi gusto es uno de los mejores escritores del país de todos los tiempos, el mundo "real" en una obra literaria esta constituido por toda persona, cosa o suceso reconocible y verificable por nuestra propia experiencia del mundo (la política, la guerra, un proceso judicial, el amor, etcétera); por ejemplo la mayoría de los cuentos de Julio Ramón Ribeyro pertenecen al "mundo real", sean estos existenciales, autobiográficos, raciales, de circunstancias, etcétera; igualmente la novela histórica de Truman Capote "A sangre fría", en donde se narra todos los pormenores del proceso judicial que concluyo con la pena de muerte de dos jóvenes que asesinaron a toda una familia en la Norteamérica del siglo pasado, comprenden hechos verificables por nuestra experiencia humana. Podrían citarse innumerables obras mas.
En tanto que el mundo "fantástico" resulta siendo todo lo contrario abarcando lo mágico, lo milagroso, lo legendario, lo paranormal, lo mítico, etcétera. Verbigracia: el "Pedro Páramo" de Juan Rulfo; "Chac Mol" de Carlos Fuentes; los cuentos de Jorge Luis Borges, entre muchos otros.
Hay creaciones literarias que se sitúan en estos dos planos: el "real" y el "fantástico", un ejemplo es la mega novela recientemente homenajeada "Cien años de Soledad" de Gabo García Marquez o el famoso mini cuento de Augusto Monterroso "El Dinosaurio" (Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí).
Ahora bien, cuando se trabaja en una ficción literaria dentro del nivel del "mundo real" obviamente se tienen que respetar algunos parámetros. Habría un quiebre, por ejemplo, en el contexto de la novela "A sangre fría" si a Perry y Dick, los asesinos de los Clutter vecinos de Holcomb, Kansas, les hubieran procesado bajo nuestro sistema procesal, es decir con un Juez Instructor y luego sometidos a un Juicio Oral con intervención de tres vocales, aplicándose una realidad muy ajena a la sociedad norteamericana.
A eso es lo que apuntamos con el presente comentario. Hacer notar algunas rupturas del mundo "real" en las obras literarias, que por cierto no le quitan mérito, ni calidad a la creación intelectual. "Abril Rojo", de Santiago Roncagliolo, ganadora del Premio Alfaguara de Novela 2006, una fabulosa novela situada en el plano del mundo "real", muy bien elaborada, un libro que jala de principio a fin. El protagonista de esta interesante ficción es el Fiscal Distrital Adjunto Félix Chacaltana Saldivar. Pero el membrete rompe el contexto social en que se desarrolla la trama. En el Perú, nótese que la aventura tiene lugar en la ciudad de Ayacucho entre marzo y abril del año 2000, no existen en la "realidad" los Fiscales Distritales, es un cargo del sistema de justicia Norteamericano. Igualmente en este mismo libro el autor, mediante el Fiscal Chacaltana, considera a las violaciones sexuales todavía como delitos contra el honor, al igual que el Código Penal de 1924. Desaciertos que en lo sustancial no afectan la calidad de la obra, pero que para un lector avisado no pasaran desapercibidos, sobre todo cuando alteran la realidad "real" de la novela, como en este caso.
Estas rupturas son mas frecuentes todavía en los culebrones nacionales, sobre todo cuando parte de la trama son los affaires judiciales. Los procesos judiciales que se recrean parecen sacados de las películas yanquis, responden a la realidad de aquellas latitudes, no a la nuestra.
"Puta Linda". Es el último título publicado por Fernando Ampuero. Dos cosas sobre este libro: hay que ser muy corajudo para sacar a luz una obra con aquél audaz título o simplemente hay que ser un Fernando Ampuero, Mario Vargas Llosa, Jaime Bayly u otro encumbrado del mundo literario, para permitirse esa extravagancia. No soy un crítico literario para juzgar la calidad de este libro que sencillamente me causo mucho placer el leerlo. Sin embargo he hallado un pequeño error en sus paginas interiores. No es mi intención parecerme a aquellas personas que solo tratan de ver manchas hasta en la esfera solar cuando lo que mas resalta es precisamente la luz, pero sentía que debía revelarlo: Ampuero confunde el término "hermanastra" por "hermana", cuando dice que Luzmila es hermanastra de Noemí, la puta linda, ambas hijas de Rosaura, pero de padres diferentes, lo que lleva a concluir que si son hermanas, en el peor de los casos "medias hermanas" , pero nunca hermanastras, pues esta palabra significa gramaticalmente "hijo de uno de los consortes con respecto al hijo del otro". Esta confusión no solo es ajena al libro, sino también se presenta con frecuencia en la vida real.

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